"No más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.
He de partir.
Pero arremete ¡viajera!"
A. Pizarnik
La conquista del carácter, la voluntad, el
conocimiento de una misma, la sumisión conciente, el abandono de sí, son, en
algún punto que espero deslindar, sinónimos de un mismo estado. Al estado
adverso puedo definirlo como depresión, apatía, pacto del demonio. Parece
extraño, pero es así.
Alguien me contó un sueño en el que, en un
departamento, dos jóvenes, un muchacho y una muchacha estaban sentados en el
piso, tirados. Ofrecían a la visita lo que ellos llamaban “los bichitos”, unos
pequeños insectos con apariencia de caramelos de colores. Eran una especie de
droga que consumían, que en un comienzo les daba placer y energía. Pero luego,
esos bichitos los invadían por completo, se metían dentro de su piel y los
controlaban, usaban sus cuerpos y los dejaban sin vida. No sin pulso, pero sin
aquello que la gente ha definido como ánima, como espíritu, como alma, o como
luz, o como movimiento.
Las personas que llegan a ese estado no se
encuentran ni entre los vivos ni entre los muertos. Son zombis, muertos vivos
verdaderos, que figuran en los registros de los hospitales. A su modo, dan
miedo. Dan miedo porque no tienen nada más que dar, no pueden dar nada y solo
toman y toman de lxs otrxs.
Esperan la estacada final de la muerte a la que
desean y temen. Una muerte ilegal. Una muerte contra natura.
Llaman a la muerte porque escupen contra la
vida, la maldicen, la vomitan. Su deseo de muerte repele la luz del sol, repele
lo vivo y lo viviente. Repele la fuerza que lucha contra la muerte, a-mort,
amor. Tal ingratitud es egoísta. Pero en un sentido distinto: en contra de los
otros y en contra de sí. A ese comportamiento podríaselo llamar satánico.
Creo que lo que en la
Edad Media han llamado “pactos con el
diablo” es eso. Es aceptar algo (comodidades, debilidades) que implican al
final una renuncia a la vida. En el Islam,
una de las características del diablo es la de ser “el susurrador”,
aquella parte de la mente humana que aconseja lo falso. Como en 1984 de
Orwell (la Guerra es la Paz ,
la Libertad
es la Esclavitud , la Ignorancia
es Fuerza) lo que Shaitán nos susurra como verdadero, como bueno, no es más que
lo falso, aquello que conduce a la tumba. Como en el cuento de Caperucita Roja,
los caminos fáciles llevan al estómago del lobo. Aquello que no “queremos”
hacer, sin embargo, es lo que forja el espíritu, lo que lucha, lo que está en
estado de jihad, lo que conduce a algo verdadero, a la vida.
Luchar
contra lo fácil, contra lo falso y fortalecer los músculos del corazón son
partes del mismo entrenamiento espiritual. Que caigamos como el sol con la tarde, escoltadas de colores.
Querida pensadora:En algunas cosas concuerdo con vos, hay gente que esta muerta estando viva.Que desean la muerte, pero a la vez le temen.Y este sentimiento tan contraditorio es nada mas y nada menos que la mente del ser humano. No le hechemos la responsabilidad a nadie ni a ningun ser endemoniaco,todos somos en el fondo angeles y demonios.Si logramos aquietar nuestra mente seremos mas felices. BESOS
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